Descubre por qué la podología infantil es clave para el desarrollo de tu hijo. Te explicamos cuándo acudir al podólogo y cómo detectar alteraciones tempranas.
Podología infantil: cuidando los pies desde los primeros pasos
Los pies son una parte fundamental del cuerpo, y en la infancia, aún más. Están en pleno desarrollo, soportan cambios posturales, etapas de crecimiento acelerado y miles de pasos diarios llenos de juego y movimiento. Sin embargo, no siempre les prestamos la atención que merecen. La podología infantil no solo se ocupa de tratar problemas, sino también de prevenirlos y garantizar un desarrollo saludable desde los primeros pasos.
¿Qué es la podología infantil?
La podología infantil es una especialidad dentro de la podología que se centra en el estudio, diagnóstico y tratamiento de las afecciones del pie en bebés, niños y adolescentes. Durante los primeros años de vida, los pies cambian constantemente: huesos, músculos, articulaciones y sistema nervioso están en pleno proceso de maduración. Cualquier alteración no detectada a tiempo puede influir en la forma de caminar, correr o incluso en la postura general.
¿Cuándo acudir al podólogo infantil?
Muchos padres se preguntan si deben llevar a su hijo al podólogo sin que haya una molestia evidente. La respuesta es sí. No hace falta esperar a que haya dolor para consultar. Aquí algunos motivos comunes para acudir:
- El niño camina de puntillas constantemente.
- Hay desgaste irregular en el calzado.
- Se cae con frecuencia o tiene torpeza al caminar.
- Se queja de dolor en pies, piernas o rodillas.
- Tiene los pies muy planos o muy arqueados.
- Camina con los pies hacia dentro o hacia fuera.
También es recomendable hacer una primera revisión alrededor de los 3-4 años, especialmente si hay antecedentes familiares de problemas en los pies o si los padres notan algo «distinto» al observar cómo camina el niño.
¿Qué puede detectar un podólogo infantil?
Un podólogo especializado en infancia tiene la formación necesaria para identificar alteraciones en el desarrollo del pie y la marcha como:
- Pie plano o cavo.
- Marcha en aducción o en rotación externa.
- Alteraciones posturales relacionadas con la pisada.
- Hipotonía o hipertonía muscular en la zona del pie y la pierna.
- Verrugas plantares, uñas encarnadas o infecciones por hongos.
Además, puede ayudar en fases como el inicio del gateo, los primeros pasos o cambios en la marcha durante el crecimiento.
El desarrollo del pie infantil: una carrera de fondo
Al nacer, el pie del bebé tiene una gran cantidad de cartílago. A lo largo de los años, ese cartílago se osifica formando huesos. A eso se le suma la aparición de la bóveda plantar (el arco del pie), el desarrollo muscular y la coordinación motriz. Todo ese proceso es largo y requiere atención especializada si surgen desviaciones.
La podología infantil trabaja en equipo con fisioterapeutas, neurólogos infantiles, pediatras y terapeutas ocupacionales para abordar el desarrollo del niño desde una mirada integral.
¿Cómo se tratan las alteraciones en la podología infantil?
Cada tratamiento dependerá de la causa y la edad del niño. Algunas de las herramientas más utilizadas son:
- Plantillas personalizadas.
- Ejercicios de fortalecimiento y propiocepción.
- Asesoramiento sobre calzado adecuado.
- Intervenciones menores en caso de alteraciones en uñas o piel.
Además, muchas veces el tratamiento no implica nada invasivo: con ejercicios, correcciones posturales y seguimiento evolutivo se logra una mejoría notable.
El calzado infantil: más importante de lo que parece
Un punto clave dentro de la podología infantil es el calzado. Un zapato demasiado rígido o que no se adapta a la forma del pie puede dificultar el desarrollo natural. Por eso, los podólogos insisten en:
- Zapatos flexibles, que permitan el movimiento natural del pie.
- Talla adecuada: ni muy justo ni demasiado holgado.
- Materiales transpirables.
- Evitar el uso prolongado de zapatos sin sujeción o con suela demasiado plana.
Prevenir para crecer mejor
Detectar a tiempo una alteración en los pies puede evitar problemas mayores en la adolescencia o en la edad adulta. Un pie mal alineado puede generar dolor en las rodillas, la espalda o incluso en la cabeza, debido a compensaciones en la postura general del cuerpo.
Conclusión
La podología infantil es mucho más que tratar dolencias puntuales. Se trata de acompañar el desarrollo de tu hijo desde los pies, observando, previniendo y actuando cuando sea necesario. Porque unos pies sanos hoy son el primer paso hacia una vida activa y saludable mañana.